Víctimas de acoso y extorsión

Los vendedores ambulantes continúan siendo el blanco de los pandilleros.

Los vendedores ambulantes continúan siendo el blanco de acoso y extorsión por parte de los pandilleros en áreas como MacArthur Park, donde la policía afirma que son obligados a pagar una cuota por el lugar que ocupan.

Este tipo de cuota, relata una vendedora de raspados guatemalteca, es por “protección”, como le han dicho los extorsionadores. Otra comerciante afirmó que “la renta”, como la denominan los pandilleros, debe pagarse en forma semanal.

Los vendedores se niegan a dar a conocer la cantidad que deben pagar a los pandilleros pero afirman que, si no lo pagan, no los dejan trabajar en ese lugar, que ellos consideran su territorio.

Fernando Flores, investigador de la unidad antipandillas de la Policía de Los Ángeles, en el área de Rampart, asegura que las extorsiones están basadas en las ganancias del día.

La mayoría de las víctimas son inmigrantes que deben pagar su “renta” a una de las más de 40 pandillas que operan en el área.

Este tipo de actividad ya ha cobrado víctimas inocentes, como la muerte de un bebe de tres semanas de nacido durante un tiroteo por el cobro de extorsión en 2007 y la de un vendedor de tamales a manos de un pandillero en 2009.

Esto ha generado temor entre los comerciantes ambulantes, quienes no se atreven a denunciar a los extorsionadores.

Sin embargo, la policía asegura que hay programas para proteger a los vendedores ambulantes, para evitar los encuentros con los pandilleros.

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