Una jueza de la Corte Superior en el condado de Los Ángeles tuvo palabras muy fuertes para los representantes de la iglesia católica que abogan para que no se hagan públicos los archivos de las denuncias sobre abuso sexual en contra de su personal.
La consideran una decisión histórica, porque como dicen abogados, no se había apoyado antes una demanda para esclarecer de una vez por todas este tipo de casos. Esto sería el primer paso para las víctimas que han esperado por años que se haga justicia.
Tomó casi 20 años de lucha pero para Manuel Vega, denunciante de abuso sexual por parte de un sacerdote.
La respuesta de la Corte Superior de California a la demanda de más transparencia en casos como el de él, es un triunfo
"Van a ver secretos van a ver archivos que se van a abrir, y desde el 2002 he estado luchando para este momento verdad", dijo Vega.
A pesar de que su caso fue uno de cientos que indemnizó la Arquidiócesis de Los Ángeles en el 2008, aún no sabe que fue del sacerdote que lo abusó, y por eso hoy durante una conferencia de prensa, acompañó a Thomas Emens, otro denunciante de agresión sexual por un religioso que presentó junto a sus abogados la respuesta de una juez a los argumentos de entidades católicas para evitar que se les obligue hacer públicos los datos de aquellos acusados.
“Que se dé cuenta el público de cuáles son los nombres de los padres que han abusado a niños y también que los obispos den las fechas de cuando fueron acusados pero no hicieron nada”, comentó Beatriz Mendoza de la firma lega Jeff Anderson & Associates.
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"Creemos que cada uno de estos hombres y sus diócesis están conspirando y guardando silencio para proteger a abusadores, denuncia uno de los abogados de Thomas.
En la respuesta, la juez Michelle Williams indica que no se tiene derecho a ocultar de las autoridades ninguna agresión sexual, y que incluso proteger a los abusadores de la justicia no es libertad de expresión ni petición.
La juez añadió que afirmar las aptitudes de sacerdotes para trabajar con niños mientras se esconde información sobre su mala conducta sexual no es una cuestión de libertad de expresión, es más bien de expresión engañosa, falsa.
Ahora estos abogados esperarán para una posible apelación por parte de los grupos católicos antes de proseguir con las evidencias de decenas de casos que dicen, están esperando justicia
