Como pugilista, Pat Manuel libraba una pelea en el cuadrilátero mientras que, como ser humano, luchaba otra batalla dentro de sí mismo buscando su verdadera identidad.
En ambas batallas, Pat Manuel salió con los brazos en alto.
La depresión por no poder asistir a los Juegos Olímpicos de Londres en 2012, lo ayudó a tomar una decisión que había estado meditando desde hace varios años. Con ello demostró que los golpes no conocen género.
Eso le permitió hacer una pausa para pensar que lo haría más feliz. En 2013 decidió llevar a cabo su transición de mujer a hombre.
Su vida cambio de Patricia a ser conocido como Pat Manuel. Sin embargo, tuvo que afrontar situaciones difíciles, como cuando el entrenador que la formo como boxeador en su etapa femenina lo rechazó después de la operación.
Pero conoció a Daniel Sanchez y a Víctor Valenzuela, quienes le abrieron las puertas para que continuara con su preparación pugilística.
Con la ayuda de Sanchez y Valenzuela, Pat Manuel ganó sin problemas en la división masculina amateur y ahora espera a un contendiente en el ámbito profesional. Pero muchos se niegan a pelear con él.
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Valenzuela cuenta que los contendientes consideran que su pierden la peleas, fueron derrotados por una mujer. Eso les resulta algo incómodo.
Pero eso no desanima a Pat Manuel, quien por muchos años veía en el espejo a una mujer incierta regresarle la mirada. Pero ahora ve a un hombre que goza de mucha confianza y con la convicción de todo un ganador.
El próximo paso en la carrera de Pat Manuel es convertirse en el primer boxeador transgénico en competir como mujer y hombre a nivel profesional. Solo que esos planes se han visto retrasados por una lesión de su mano y deberá esperar a estar recuperado para lograr ese objetivo.
