Fluidos para la vida

Una práctica busca fortalecer a los bebés que nacen por cesárea.

Un método algo polémico busca ayudar y fortalecer a los bebés que nacen por cesárea.

En esta nueva práctica, denominada “siembra vaginal” los bebés son untados con los fluidos vaginales de la madre, como una especie de simulación de un parto natural.

“Frotamos al bebé, con una gasa, por todo su cuerpo, por toda su piel, su boca, dentro de la lengua para recrear lo que el bebé no pasó al nacer por cesárea”, dice Karla Lang, quien brinda apoyo durante los partos.

La teoría detrás de la siembra vaginal es que, al exponer al recién nacido al microbioma de su madre, se le da una ventaja natural.

“Cuando nacemos es cuando empieza la macrobioma de nuestro sistema digestivo. Y lo que sabemos es que el sistema digestivo tiene mucho que ver con nuestro sistema inmunológico”, dice Lang.

Esta práctica se originó en Australia, después de la publicación de varios estudios que revelaron que los niños que nacen por cesárea son más propensos a padecer ciertas enfermedades.

“Cuando uno tiene la bacteria y los microbios adecuados, vemos menos casos de alergias, menos casos de asma”, indica Lang.

Pero muchos especialistas no apoyan la práctica de la siembra vaginal y tampoco el Colegio Americano de Ginecólogos.

“Pueden haber bacterias patógenas como virus, herpes, clamidia, infecciones que se pueden transferir al bebito”, dijo el gineco-obstetra Cesar Caldera.

Aunque no hay evidencia efectiva de que esa práctica funcione, algunas familias están convencidas de sus beneficios. Los esposos Segal son un ejemplo de ello al exponer a sus gemelos, Noa y Tomas, a la siembra vaginal cuando nacieron.

Los pequeños Segal forman ahora parte de una investigación que les dará seguimiento durante varios años. Su padre, Carlos Segal, quien también es médico, considera que es algo “que se hace importante para las generaciones futuras”.

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