Durante su tiempo en prisión en California, Leo encontró a Alá y se convirtió al islamismo.
"En prisión miraba como se levantaban a las tres de la mañana, como rezando en una carpeta leyendo un libro”, cuenta Leo, quien no quiso suministrar su nombre completo. “Me explicaron la religión, al final de cuentas hay sólo un Dios, así que me empecé a involucrar un poco más"
Cada viernes y domingos, Leo es uno de los más de 200 de musulmanes en el área de Tijuana recitan el sagrado Corán. Las alabanzas en dirección a Meca lo hacen justo antes de caer el sol, en Playas de Tijuana.
Salam Mohammeds, líder espiritual del Centro Islámico de Baja, destaca que los nuevos creyentes llegan buscando respuestas a las inquietudes de sus religiones.
“Vienen en busca de la verdad”, destaca Mohammeds.
Desde 2013 se han multiplicado los sitios de alabanza del islam, con dos en Rosarito y dos en Playas de Tijuana, incluyendo la primera mezquita construida en Baja California.
Bajo un aura de sosiego, Leo luce arropado por esta religión cuestionada en occidente. Sin embargo, en Tijuana la libertada de practicar esta creencia ha sido tratada con respeto.
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"La religión es basada en lógica y en tus pensamientos y me da gusto que están llegando aquí en Tijuana”, cuenta Leo, quien fue deportado a México.
