Incrustarse joyería en el cuerpo es una costumbre ancestral pero hace una década surgió una modalidad que está ganando popularidad con la ayuda de las redes sociales.
Se trata del “piercing micro-dérmico”, un implante que queda dentro de la piel y del que solo pueden cambiar la punta o cabecita.
Algunas personas lo llevan como recuerdos de una experiencia agradable mientras que otros lo utilizan como una forma de consuelo.
“Estuve con alguien por diez años y después nos casamos. Y luego todo se derrumbó y últimamente no ha sido tan fácil”, dice Jazmín Cano, quien lleva incrustado en uno de sus dedos un piercing micro-dérmico con la palabra amor.
Las personas interesadas pueden escoger entre diseños o mensajes y el procedimiento es rápido. Sin embargo, quienes se lo implanten sólo podrán lavar el área con agua tibia, casi fría, echarle agua con sal dos o tres veces al día. También deberá ser cuidadoso para evitar arrancárselo con el cabello o mientras duerme ya que, además de doloroso,
Pero esta técnica también tiene detractores entre los expertos de salud, advierten sobre los posibles peligros de esta tendencia.
“El principal de ellos es la infección, porque la piel trata de rechazar cualquier cosa que no debe estar en el cuerpo”, dice el Dr. Edgar Chávez. “Puede causar daños a los nervios, a los tejidos debajo de la piel. Puede causar una cicatriz muy severa”.
