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Carreras de caballos: fortuna y muerte en los hipódromos

El fallecimiento de decenas de caballos en Santa Anita muestra la realidad de este deporte.

La muerte de decenas de caballos en el Hipódromo de Santa Anita, en Arcadia, ha expuesto la dura realidad de este deporte que, al mismo tiempo que mueve pasiones, es considerado un sinónimo de crueldad y abuso animal. 

Esta actividad mueve miles de millones de dólares anuales, genera miles de empleos, pero, al mismo tiempo, le cuesta la vida de miles de animales. 

Activistas defensores de los derechos de los animales afirman que se abusa cruelmente de ellos y que esto, muchas veces, conlleva al sacrificio de los caballos. 

“Es una simple explotación animal, crueldad animal, asesinato de animales”, dice Patrick Bartuello, fundador de Horseracing Wrongs. 

Horseracing Wrong ha documentado el promedio de unos 2,000 caballos al año en los casi 100 hipódromos del país. La mayoría han sido sacrificados por alguna fractura sufrida en una carrera; otros, por una medicación en exceso. 

Sin embargo, trabajadores del Hipódromo Santa Anita niegan que haya explotación animal. 

“Para nada, no hay ningún maltrato a los caballos”, dice Roberto Ramos, uno de los trabajadores en Santa Anita. “Su instinto de ellos es correr y vienen y corren”. 

Sin embargo, defensores de los derechos de los animales aseguran que la presión millonaria es lo que motiva que los caballos sean utilizados como objetos desechables. 

“No buscan el bienestar del caballo a largo plazo, solo buscan obtener lo más posible de él en el corto plazo”, dice Bartuello. 

Es por ello que exigen cambios que incluyan un mejor trato de los animales hasta la prohibición misma de la competencia. 

“[Tiene que] prohibir que cualquier animal que necesite medicamento esté en un hipódromo”, exige Gabriel Ochoa, vocero de Peta Latino. 

Hay quienes han dicho que están a favor de las reformas, no se han presentado iniciativas a corto plazo que reduzca la habitual muerte de animales en los circuitos. El único paso es la nueva ley firmada recientemente por el gobernador Gavin Newson.

La SB 496 concede a la Junta de Carreras de Caballos de California la autoridad de suspender la licencia a un hipódromo si consideran que no cuenta con las condiciones de seguridad para jinetes y caballos. 

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