Argumentos finales en juicio a Isauro Aguirre

Los fiscales buscan la pena de muerte por el homicidio del pequeño Gabriel Fernández.

What to Know

  • El abogado de Isauro Aguirre dice que se cometieron "abominables actos de abuso", pero que nunca tuvo la intención matar al niño.
  • Ocho balas de aire comprimido fueron recuperados del cuerpo del niño después de su muerte en mayo de 2013
  • Los hermanos del niño testificaron que fue obligado a comer arena para gatos y excrementos del mismo animal.

Se espera que el jurado escuche hoy los argumentos finales en el juicio contra Isauro Aguirre por el asesinato del pequeño de 8 años, Gabriel Fernández.

El jurado del centro de Los Ángeles, al que se le pedirá que decida el caso contra Isauro Aguirre, escuchó el testimonio de un médico forense que tardó dos días en terminar la autopsia de Gabriel Fernández, en donde se les informó que el niño sufrió numerosas lesiones desde la cabeza hasta los pies y que ocho balas de aire comprimido fueron recuperados del cuerpo del niño después de su muerte en mayo de 2013.

El hombre de 37 años, que trabajaba como guardia de seguridad, está acusado de asesinato, junto con una acusación de circunstancia especial de asesinato que incluye el uso de tortura.

Los fiscales están buscando la pena de muerte contra Aguirre y su novia, Pearl Sinthia Fernández, de 34 años, quienes serán juzgados por separado.

El juez de la Corte Superior de Los Ángeles, George G. Lomeli, dijo al jurado que deberían decidir el caso contra Aguirre antes del martes.

Durante el juicio, los miembros del jurado escucharon el testimonio de dos de los hermanos del niño, en donde su hermano de 16 años le dijo al jurado que el niño fue obligado a comer arena  para gatos y excrementos del mismo animal, además de recibir golpizas constantes en los meses previos a su muerte.

La hermana del niño testificó que Aguirre le disparó a su hermano menor con una pistola de aire comprimido y lo metió en un armario en donde tenía colocadas unas esposas para que no pudiera salir.

El abuelo materno del niño, describió al niño “como un hijo” y dijo que él y su esposa prácticamente habían criado al niño antes que su hija y que Aguirre se llevaran al niño a vivir con ellos.

Robert Fernández lloró cuando recordó haberle prometido al niño que podría volver a casa y vivir con sus abuelos luego de que se completara una investigación del Departamento de Servicios Infantiles y Familiares del condado.

"¿Fue amado?", preguntó el fiscal de distrito adjunto Jonathan Hatami.

"Siempre", respondió el abuelo del niño.

La maestra de primer grado le dijo al jurado que llamó a las autoridades para reportar que el niño estaba siendo golpeado meses antes de su muerte y continuó llamando a trabajadores sociales en varias ocasiones durante el año escolar con respecto al niño, diciendo que eran más llamadas de las que ella ha hecho en su carrera.

La maestra, Jennifer García, testificó que dejó de enviar notas a su casa sobre inquietudes en su comportamiento porque le preocupaba que lo estuvieran lastimando. También dijo que notó que tenía "varios moretones en diferentes etapas de curación" cuando regresaba a la escuela después de días de ausencia.

Los miembros del jurado también escucharon testimonios emocionales de una enfermera certificada que vio al niño el 22 de mayo de 2013, después de que lo llevaron los paramédicos a la sala de emergencias del Hospital Antelope Valley.

Christine Estes describió el cuerpo del niño como “sin vida” con '' hematomas de los pies a la cabeza '', añadiendo que “fue literalmente peor que cualquier otra película de terror que haya visto”.

Durante la parte de la defensa del caso, los miembros del jurado vieron partes de una entrevista grabada en video en la que Aguirre lloraba mientras era interrogado por un alguacil del condado de Los Ángeles.

En un momento, se puede escuchar a Aguirre diciendo que quería ir a ver al niño.

Durante su declaración de apertura el mes pasado, Hatami le dijo al jurado que el niño fue golpeado y sistemáticamente torturado porque Aguirre creía que el niño era homosexual.

Uno de los abogados de Aguirre, John Alan, reconoció durante su declaración de apertura que su cliente cometió “abominables actos de abuso” contra el niño antes de “explotar en un exabrupto de ira”. Pero la defensa sostiene que Aguirre nunca tuvo la intención de matar el niño.

El personal del Departamento de Bomberos del Condado de Los Ángeles recibió un llamado de la casa de la familia, en la cuadra 200 de East Avenue Q-10, que indicaba que el niño no estaba respirando. Se le declaró la muerte cerebral ese mismo día, y se desconectó del soporte vital dos días después.

Aguirre y la madre del niño permanecen encarcelados sin derecho a fianza desde que fueron acusados de la muerte del niño, en mayo de 2013. Los dos fueron posteriormente acusados ​​por un  jurado indagatorio del condado de Los Ángeles.

Dos trabajadoras sociales del Condado de Los Ángeles, Stefanie Rodríguez y Patricia Clement, y los supervisores Kevin Bom y Gregory Merritt fueron acusados ​​el año pasado de un delito grave de abuso infantil y falsificación de registros públicos en relación con el caso.

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