Acusan a mujer del asesinato de su hijo de 11 años

El cuerpo demacrado del menor fue descubierto en una casa de Echo Park

Hoy comenzó una audiencia preliminar para una mujer acusada de matar a su hijo de 11 años al parecer después de mantenerlo sedado y escondido en un armario durante tres años. Hoy un fiscal anunció que planea agregar una circunstancia especial de denuncia de tortura si el caso procede a juicio.

Verónica Aguilar, de 42 años, actualmente enfrenta cargos de asesinato y abuso infantil que resultaron en la muerte de Yonatan Daniel Aguilar, cuyo cuerpo demacrado fue descubierto en la casa de la familia en Echo Park, en la cuadra 2100 de la calle Santa Ynez, el 22 de agosto de 2016. Esos cargos conllevan una sentencia máxima de 15 años a cadena perpetua, según la Fiscalía.

Una circunstancia especial de denuncia de tortura haría a Aguilar elegible para la pena de muerte o para cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Un panel de fiscales decidiría más tarde si persigue la pena capital como castigo.

El cuerpo de Yonatan fue encontrado tirado dentro de un armario, envuelto en una manta que también cubría su rostro, según el testimonio del oficial Abel Muñoz, de la Policía de Los Ángeles, quien respondió a una llamada al 911 que hizo el padrastro del niño.

Muñoz dijo que el pequeño parecía tener 5 o 6 años, según su tamaño, y sus manos estaban frías y rígidas. También agregó que encontró al padrastro del niño, José Pinzón Ávila, en un tienda 7-Eleven cercana, donde fue a hacer la llamada de emergencia después de que Aguilar le dijera que el niño estaba muerto.

Pinzón Avila “estaba histérico, estaba jadeando, estaba hiperventilando, estaba asustado'', dijo el oficial, y le dijo que llegó a la casa y que su esposa estaba comportándose de forma extraña, luego declaró que el niño estaba muerto y “que su vida se había terminado'', según Muñoz, quien dijo que el padrastro se desconcertó originalmente porque pensó que su hijastro vivía en México con un amigo de su esposa.

Cuando los oficiales estaban a tres cuadras de la casa de la familia, encontraron a Aguilar caminando por la calle con un perro pequeño y peludo. “Estaba muy tranquila y tenía una mirada ausente'', testificó Muñoz.

Cuando entró a la casa y desenvolvió un paquete que encontró en el armario, “vi a un niño muy demacrado y de aspecto frágil'', contó Muñoz.

Aguilar tuvo otros tres hijos que ahora tienen entre 17 y 21 años, según Pinzón Ávila, quien declaró que se mudó con Aguilar y dos de sus hijos en el 2005, y luego una hija y Yonatan llegaron de México en l 2007 y el 2008. La pareja se casó en el 2014.

Pinzón Ávila testificó que veía a Yonatan como su hijo, y no como su hijastro. El niño era “bajo, gordito y juguetón'' cuando era pequeño, y se llevaba bien con sus hermanos, agregó Pinzón Ávila.

Yonatan “comía mucho'', según su padrastro, quien dijo que nunca vio a Aguilar negarle la comida o golpear al niño. Pero dijo que el menor comenzó a tener problemas en la escuela a los 5 o 6 años de edad.

Pinzón Ávila contó que le dijeron que Yonatan tenía un comportamiento hiperactivo, y que fue acusado de cortarle la ropa a una niña y golpear a otro niño.

Aguilar le contó a su esposo sobre el comportamiento de Yonatan y dijo que lo estaba llevando a terapia y solicitando ayuda adicional de la escuela y funcionarios del gobierno, pero estaba frustrada y creía que no estaba recibiendo la asistencia suficiente porque ella y Yonatan eran indocumentados, según Pinzón Ávila.

“Ella lloraba mucho porque decía que no sabía qué hacer”, testificó.

El Departamento de Servicios para Niños y Familias del Condado de Los Ángeles recibió al menos tres denuncias de posible abuso del niño entre 2009 y 2012, dijo Julián Meléndez, capitán de la Policía de Los Ángeles al diario Los Angeles Times, poco después del arresto de Aguilar.

Dos de esos informes llegaron de maestros en el 2012, uno de ellos dijo que Yonatan sufría de negligencia, y otro que les dijo a los trabajadores sociales que el niño tenía un ojo morado.

Los trabajadores del condado entrevistaron a varios empleados de la escuela y al personal del hospital, y fue cuando denunciaron el ojo negro a las autoridades, pero determinaron que el niño vivía en un ambiente seguro, informó periódico.

Sujeto a una orden judicial, el DCFS finalmente confirmó a The Los Ángeles Times que sí se habían hecho seis reportes anteriores de sospecha de abuso o negligencia relacionados con la familia, dos de ellos anteriormente al nacimiento de Yonatan.

El riesgo de abuso del niño había sido marcado como "alto" cuatro veces entre 2009-12, sin embargo, los trabajadores del caso consideraron las acusaciones como infundadas o no concluyentes, informó el periódico.

Un día en el 2012, su esposa le dijo a Pinzón Ávila que Yonatan se había regresado a México para vivir con un amigo porque pensaba que sería lo mejor, según los testigos.

Los funcionarios escolares aparentemente también creyeron que el pequeño había abandonado el país y no se presentaron más denuncias de abusos.

Con dos trabajos de 5 a.m. hasta las 10 p.m., Pinzón Ávila dijo que pasaba poco tiempo en casa y creía que Yonatan estaba en México, y que estaba bien hasta que su esposa le dijo que el niño estaba muerto.

El cuerpo mostró señales de malnutrición grave, según el doctor Janet Arnold-Clark, especialista en pediatría de abuso infantil.

“Puedes ver lo mal que estaba porque sus rodillas son la parte más grande de su pierna'', testificó Arnold-Clark, haciendo referencia a una foto del cuerpo del niño.

El pequeño tenía llagas por presión similares a las que se observan en los pacientes mayores que viven en hogares de ancianos, o pacientes de coma que rara vez se mueven, esto a pesar de los registros médicos que indicaban que era un niño hiperactivo, dijo el doctor.

“Dos pulgadas de crecimiento en 4 años y medio son realmente señales preocupantes, y la única explicación real de esto es que había estado desnutrido por varios años''.

El médico también encontró evidencia de deshidratación crónica que pudo haber durado semanas, meses o años. Los síntomas de deshidratación podrían haber incluido sed extrema, ritmo cardiaco rápido, confusión, desorientación y mareos, todo lo que lleva a la insuficiencia renal, le dijo a la corte.

Los registros del forense indicaron que Yonatan murió de los efectos combinados de múltiples drogas.

El día antes de la muerte de Yonatan, Aguilar le pidió a su esposo que recogiera jarabe para la tos de la tienda, testificó Pinzón Ávila.

Los registros del DCFS obtenidos por The Times indicaron que Pinzón Ávila le dijo a las autoridades que cada vez que iba a una tienda de 99 Cents, Aguilar le pedía que comprara un jarabe color púrpura.

En el estrado de los testigos, hablando a través de un traductor en español, parecía negar haber comprado el jarabe más de una vez, y dijo que no recordaba lo que dijo a la policía.

Se espera que un menor, posiblemente uno de los hermanos de Yonatan, testifique en el caso.

Los registros judiciales obtenidos por el diario The Los Ángeles Times indicaron que los tres hermanos sabían que Yonatan estaba escondido en el armario, pero supuestamente su madre les había prohibido decirle a alguien.

Aguilar está encarcelada con una fianza de 2 millones de dólares desde su arresto en el 2016.

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