“El día que me lo encuentre, le voy a escupir la cara”

Vicente Fernández se despidió de su público en la Ciudad de México con una frase para un precandidato presidencial

Para despistar a los fanáticos JLo podría usar a sus dobles, pero hay una que va más allá de parecerse a ella.

El cantante mexicano Vicente Fernández tuvo unas palabras en el concierto en el que dijo adiós a los escenarios para el aspirante a la candidatura republicana a la Casa Blanca, Donald Trump, y aseguró que, si se lo llega a encontrar, le escupirá y le dirá "todo lo que no le han dicho".

Cuando se encontraba cerca de alcanzar las tres horas de su concierto de despedida, celebrado la noche del sábado en el Estadio Azteca de la capital mexicana, el artista interrumpió su retahíla de canciones para expresar su opinión sobre "un candidato" que aspira a la presidencia de Estados Unidos.

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No hizo referencia directa al nombre de Trump, pero no fue necesario; esta simple insinuación fue más que suficiente para que el público congregado en el estadio comenzara un prolongado abucheo.

"El día que me lo encuentre", aseguró Fernández, enfundado en un traje de charro negro, "le voy a escupir la cara, le voy a mentar la madre". Y añadió que le va a decir "todo lo que no le han dicho" en su vida.

El cantante celebró el sábado el último concierto de su carrera, bautizado bajo el nombre "Un azteca en el Azteca".

Con él quiso decir adiós a sus seguidores, que le han acompañado durante más de medio siglo de trayectoria, dándole "amor, dicha y cariño", como proclamó reiteradamente durante el espectáculo.

"Hermoso cariño", "Acá entre nos", "Mujeres divinas", "El rey" y "Volver, volver" fueron algunos de los temas interpretados por "Chente", como es llamado cariñosamente, quien estuvo acompañado en algunas canciones por su hijo, Alejandro "el Potrillo" Fernández.

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Era su última vez encima de un escenario, pero el cantante mexicano Vicente Fernández volvió a hacer su habitual promesa al público: "Mientras que ustedes no dejen de aplaudir, yo no dejo de cantar".

Las gradas del Estadio Azteca de la capital mexicana se llenaron la noche del sábado para dar su adiós al intérprete, una de las grandes voces de la canción ranchera, con un concierto en el que el cariño de los asistentes y el aguardiente lograron contener la nostalgia que ya se dejaba entrever desde el inicio del evento.

En su aparición en el escenario, 'Chente', como se refieren a él cariñosamente, agradeció a sus seguidores eso que le han dado que que "no se compra con todo el dinero del mundo", su "presencia, cariño y respeto", dijo casi sin poder terminar la frase por la emoción.

Bajo la figura de una enorme águila con alas extendidas que coronaba el escenario, el cantante de 76 años abrió su repertorio con "Que te vaya bonito", al que siguieron otros de sus grandes éxitos, como "Me voy a quitar de en medio", "Mujeres divinas", "Hermoso cariño" o "Lástima que seas ajena".

Una y otra vez, Fernández interrumpía las canciones con el mismo gesto; alzando el micrófono para ceder el turno al público, siempre cerrando los ojos como si quisiera que los otros sentidos no le distrajeran al oír el coro unánime que nacía de las gradas.

Donald Trump.
En una contienda por la nominación presidencial republicana llena de momentos insólitos, un lapso de 24 horas que comenzó la noche del viernes se destaca entre todos. Se trata de los hechos que marcaron la campaña de Donald Trump entre la noche del viernes y el sábado, y que incluyen la suspensión de un acto a raíz de la violencia, la presencia del precandidato republicano en Ohio al día siguiente y sus ataques a los adversarios, y las críticas que recibió de parte sus contendientes.
La jornada comenzó el viernes a la noche en Chicago, donde una multitud de manifestantes expresó su descontento contra el magnate y su presencia en la Ciudad de los Vientos. El acto previsto en el Pavilion de la Universidad de Illinois fue suspendido. Las protestas en Chicago terminaronn en júbilo para los manifestantes pero estuvieron marcadas por actos de violencia, que arrojaron varios arrestos.
A la mañana siguiente de los hechos en Chicago, dos de los precandidatos aún dentro de la competencia para derrotar a Trump, el senador federal de Florida Marco Rubio y el gobernador de Ohio John Kasich (en la foto), dijeron que estaban tan disgustados por el caos que quizá no apoyen al multimillonario empresario si consigue la nominación de su partido.
Y cuando Trump apareció en otro mitin la mañana del sábado en Ohio, fue jalado súbitamente en medio de du discurso hacia un anillo de seguridad por agentes del Servicio Secreto encargados de proteger su vida cuando un hombre corrió hacia el escenario, según informó la agencia AP.
"Gracias por la advertencia", dijo Trump a la multitud después de reanudar su mensaje político. "Yo estaba listo para ellos, pero es mucho mejor si los policías lo hacen, ¿no están de acuerdo?". Más tarde, culpó a simpatizantes de Bernie Sanders de promover los disturbios en Chicago, la noche del viernes.
Ninguno de esos momentos tiene prácticamente precedentes en la política presidencial moderna. En conjunto, hacen patente una vez más la eminente ansiedad que rasga un país que enfrenta abismales cambios económicos y demográficos, así como el descontento dentro de uno de los grandes partidos políticos de Estados Unidos, de acuerdo a un cable de la agencia Associated Press..
Para quienes se horrorizan por la discordia y el imprevisto ascenso político de Trump, no hubo respuestas fáciles el sábado. Sin mencionar a Trump por nombre, Reince Priebus (foto), presidente del Comité Nacional Republicano, dijo el sábado en un comunicado que los líderes políticos de ambos partidos tienen una responsabilidad de asegurar que "el discurso en que nos involucremos promueva lo mejor para Estados Unidos" (AP).
La tensión continuó el sábado en un acto que Trump encabezó en Cleveland, Ohio, donde varios manifestantes interrumpieron su discurso a viva voz. El precandidato republicano ordenó a los miembros de seguridad que los retiraran.
Los adversarios de Trump han dedicado meses evitando sus comentarios provocadores por temor de distanciarse de sus apasionados partidarios. Incluso en el debate de la noche del jueves, los tres adversarios que continúan en la contienda -Rubio (foto), Kasich y el senador federal de Ted Cruz- evadieron una pregunta respecto a si les preocupaban los arrebatos de violencia en actos de campaña de Trump y sus declaraciones alentando a sus seguidores a actuar agresivamente contra manifestantes, según AP. Pero en pocas horas, las cosas cambiaron.
El senador Ted Cruz, el principal contendiende del empresario, cuestionó al precandidato republicano por los sucesos de violencia. El precandidato afirmó que lo sucedido en Chicago recae en los manifestantes, pero "en cualquier campaña la responsabilidad comienza desde arriba".
Pero las imágenes surgidas en Chicago de jóvenes enfurecidos enfrentándose entre sí, a menudo divididos por líneas raciales, parecieron ser demasiado. En una entrevista con The Associated Press, Rubio dijo que quizá no sea capaz de apoyar a Trump si se convierte en el candidato nominado por el Partido Republicano, citando la manera en que "está dividiendo tan al partido como al país". Toda la campaña electoral 2016 en Estados Unidos, aquí

"¡Mientras más aplaudan, más canto, y mientras más griten, peor!", exclamó con humor el cantante, enfundado en un traje de charro negro y a quien le bastaba acercarse la mano a la oreja para desencadenar el griterío de sus seguidores.

El jalisciense levantó de su asiento al público con "Para siempre" y "Estos celos", demostró su inalterable potencia vocal con "Acá entre nos" y despertó el entusiasmo generalizado cuando anunció la llegada al escenario de su hijo Alejandro Fernández, el más pequeño de sus "potrillos".

"Gracias por este legado que nos has dejado a todos los mexicanos. Te prometo, te juro, que no voy a dejar morir la música mexicana", aseguró el hijo antes de interpretar un par de dúos con su padre.

Fernández aprovechó un momento en el que Alejandro se quedó a solas en el escenario para cambiarse de traje y tomarse un pequeño respiro.

Y es que las casi cuatro horas en las que se desarrolló el concierto hicieron que Chente decidiera interpretar algunos de los temas sentado, sin perder de vista el vaso de aguardiente que le esperaba entre canción y canción.

"Mis hijos están preocupados, me dicen 'ya no estés tomando'", llegó a bromear Fernández, defendiendo que esas "copitas" le ayudaban a recordar "tantos años de amor" que el público le ha dado por más de 50 años.

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