Cuestionan la seguridad en aeropuertos

El polizón de 15 años que viajó desde el aeropuerto den San José hasta Hawaii demostró que pese a los miles de millones de dólares que gasta el erario para examinar a los pasajeros y sus equipaje, pocos aeropuertos utilizan este dinero público para garantizar la seguridad de los terminales.

El adolescente no elaboró un plan complicado para lograr viajar siete horas en las ruedas desde un avión que partió del aeropuerto principal de Silicon Valley.

Especialistas en seguridad aérea dijeron que el aeropuerto de San José no es el único que muestra deficiencias de seguridad de sus instalaciones. Aunque algunos aeropuertos mayores gastaron en los últimos años muchos dólares en tecnología capaz de detector intrusos, otros tienen sistemas que emiten demasiadas alarmas falsas - o no aportan suficiente información útil en primer lugar.

"No creo que San José es diferente al 80% de los aeropuertos del país" a la hora de asegurar su perímetro, dijo Rafi Ron, ex director de seguridad del aeropuerto de Tel Aviv, en Israel.

Al igual que otros aeropuertos importantes, San José cuenta con decenas de cámaras de seguridad en sus áreas de acceso restringido. Y esas cámaras grabaron al muchacho en la pista, pero nadie lo notó hasta varias horas después, tras haber sobrevivido las 5,5 horas del vuelo y saltar a la pista del aeropuerto de Maui.

"Lo sucedido en San José puede ocurrir, mientras hablamos, en otros aeropuertos, porque nadie puede vigilar todas esas pantallas" que registran los accesos a a las instalaciones", agregó Ron, ahora director general de la firma consultora New Age Security Solutions.

Evidentemente, San José no tiene un sistema de mayor tecnología que pueda detectar cuando alguien escala una valla del perímetro de seguridad, pueda seguir al intruso con radar o alerte automáticamente a las autoridades en el mando central cuando una cámara de video capta actividades potencialmente sospechosas.

Estos "sistemas de detección de intrusos" son los mejores aparatos de seguridad disponibles, aunque no son infalibles. En el 2012, un hombre cuya embarcación se quedó sin combustible nadó hasta la orilla del aeropuerto Kennedy de Nueva York y camino casi 4 kilómetros (2 millas) junto a una pista antes de que fuera divisado.

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