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Naomi Girma conjuga sus raíces etíopes y estadounidenses en su primera Copa Mundial

La jugadora compartió su historia en un reciente episodio del podcast de NBC y Telemundo, "Mi Mundialista Favorita".

Telemundo

Naomi Girma no solo está debutando en su primera copa Mundial de Fútbol Femenino con la selección de Estados Unidos este verano sino que está inspirando a deportistas estadounidenses de primera generación a través de todo el país.

Hija de inmigrantes de Etiopía, Girma se ha convertido en una de las mejores jugadoras del mundo.

La nativa de California de 23 años fue reclutada número 1 en el NWSL 2022 draft, cuando se unió a San Diego Wave. Eso ocurrió luego de tres temporadas en Stamford, donde ganó la Copa Universitaria en 2019 y donde se graduó con un título en el sistema simbólico en 2022.

En su debut como profesional, Girma fue nombrada como la Mejor Novata del Año en la NWSL y Mejor Defensora del Año. El último mes, firmó un contrato para extender su permanencia en San Diego hasta el 2026.

En un nuevo episodio del podcast de NBC y Telemundo, "Mi Mundialista Favorita", Girma comparte el increíble viaje que la trajo hasta el presente.

Los padres de Girma llegaron a Estados Unidos por diferentes razones.

Según explicó, su madre vino para estudiar mientras que su padre escapó de su país en medio de la guerra civil.

“Él luchaba contra la dictadura”, dijo Girma. “Y él, como su generación más joven, no aguantaron más. Y lucharon y debieron huir del país.

Ambos se conocieron en el área de la Bahía en California y comenzaron una familia, primero convirtiéndose en padres a los 22 años con la llegada del hermano de Naomi, Nathaniel.

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Desde temprana edad, el amor por el fútbol se desarrolló muy rápidamente en Girma. Su padre comenzó un club de fútbol en San José para niños de Etiopía, que despertó su pasión por el fútbol.

“Era como los etiopianos en la Bahía”, dijo. “Nos juntábamos y jugábamos fútbol y era como que muy divertido y seguro, por eso me enamoré del fútbol. Siempre digo que era el ambiente con menos presión que te puedas imaginar”.

Con dos inmigrantes como padres, Girma es considerada una estadounidense de primera generación.

Esta designación parecerá no importante para las familias estadounidenses pero el rol es crucial en familias como los Girma. Entre las barreras del lenguaje y las cosas simples, como anotarse en la escuela o en el equipo de fútbol, los padres que no crecieron en EEUU pueden tener dificultades para entender todo.

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La madre de Girma, Seble Demissie, dijo que en su barrio había horarios para que jueguen todos los chicos. Mientras Girma y los otros niños jugaban, ella intercambiaba información sobre la escuela y actividades extracurriculares con otros padres,

Mientras Girma desarrollaba sus destrezas en el fútbol, uno de los mayores desafíos era poder ir a todos las sesiones de entrenamiento.

“Uno de los mayores desafíos era conseguir que me llevaran a los entrenamientos, especialmente cuando empezó a ser tres veces a la semana”, dijo Girma. “Tenía una de mis mejores amigas, y su mamá me llevaba desde la escuela y luego pasábamos por su hija, luego por alguien más y después, íbamos al entrenamiento”.

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Mientras que Girma era ayudada por diferentes familias de sus compañeras, su carrera en el fútbol casi terminó de manera prematura simplemente por sus destrezas impresionantes.

“Mi mamá me dijo que fue a una reunión”, dijo. “ Querían ponerme al tope del equipo. Y no conocíamos todavía a las familias de jugadoras que estaban en el tope del equipo por yo jugaba con cualquier equipo junto a mi amiga. Ella decía que no creía que yo podía unirme al equipo porque no lograba que yo llegara a las prácticas”.

“Pero dijeron que no era razón por la que dejara de jugar o no me uniera al equipo. Y estoy tan agradecida ya que quizás podría haber dejado de jugar ya que no podía ir manejando a las prácticas”.

Naomi tuvo la suerte de que su hermano mayor, Nathaniel, le ayudara a ser una estadounidense de primera generación. Pero no todas las jóvenes tienen esa suerte y ella lo reconoce.

Sofía Huerta y Ashley Sánchez, son las dos únicas mexicoamericanas que representen a Estados Unidos en la Copa del Mundo y están lidiando con sus identidades híbridas.

“Creo que mi mensaje para jóvenes de primera generación es pidan ayuda, no tengan temor de preguntar”, dijo Girma. “Eso lo aprendí de mi mamá. Ella siempre dice que es bueno preguntar pero yo le respondía que es embarazoso y ella diría que no, que siempre pregunte. La gente siempre está dispuesta a ayudar más que a darte la espalda. Así que este sería mi consejo”.

Además de dar consejos, Girma está poniendo las palabras en acción. Se ha unido a varias organizaciones como Common Goal y United Women of East Africa, para ayudar a hijos de inmigrantes en EEUU.

No solo que esos grupos los ayudan a responder las preguntas que tengan sino que también los asisten con salud mental, una causa importante para Girma.

La cultura etíope siempre ha sido importante para Girma pero ahora más, especialmente que Girma crece.

Mientras estaba en Stanford, sus padres tenían cenas del Día de Acción de Gracias  en su casa para jugadoras que no podían ir a sus casas en ese día festivo. Mientras la familia ofrecía la tradicional cena estadounidense, la comida etíope era más popular.

“Mi mamá preparaba la comida de Día de Acción de Gracias para que todos se sintieran como en casa”, dijo Girma. “ Teníamos como a 15 chicas del equipo así que queríamos que todas se sintieran como en casa para Acción de Gracias y todos terminaban probando la comida etíope, que terminaban comiendo, dejando la otra comida sin tocar”.

La cultura siempre es importante para Girma pero no siempre ha sido así.

“Cuando eres niña, no siempre ves lo bueno que es”, dice. “Es como que la tienes que balancear con otra cosa. Pero creo que mientras crecemos, nos damos cuenta que es una bendición y es realmente bueno tener esta otra cultura y estas experiencias que se pueden compartir”.

Ahora, ella podrá desplegar su cultura en el escenario mayor del fútbol femenino. Girma es la primera jugadora de descendencia etíope en la NWSL y en el seleccionado nacional.

“Espero que los haga sentir orgullosos, para las niñas más pequeñas”, dijo. “ Espero que sientan que pueden hacer lo mismo. Creo que puede ser difícil para la familia que sacrifica tanto para venir a EEUU. Como que te toma la vida. Es que se trata de que tus padres lo sacrifiquen todo cada fin de semana. Espero que haya niños y niñas que se inspiren como para apostar en ellos mismos y seguir su pasión”.

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