Corte Suprema deroga ley de abortos de Texas

Clínicas habían presentado demandas contra restricciones a la prestación del servicio.

La Corte Suprema de Estados Unidos falló el lunes contra el estado de Texas en uno de los casos más importantes sobre el aborto que ve en las últimas dos décadas y reforzó el derecho de las mujeres a poner fin a su embarazo, procedimiento permitido en todo el país desde 1973.

La decisión del alto tribunal supone una victoria para el presidente Barack Obama, que había apoyado en la corte a las asociaciones demandantes, entre las que se incluye el grupo Whole Woman's Health, dedicado a proveer cuidados reproductivos a las mujeres.

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Los jueces consideraron inconstitucional una polémica ley de Texas promulgada en 2013 y que, con el argumento de proteger la salud de las mujeres, ha provocado el cierre de 22 de las 41 clínicas en las que se practicaban abortos que había abiertas antes de la entrada en vigor de la legislación, según datos del grupo Whole Woman's Health.

La ley establecía dos requisitos: las clínicas deben cumplir con los mismos estándares quirúrgicos que un pequeño hospital y sus médicos deben tener unos privilegios de admisión en un hospital que esté a menos de 48 kilómetros de donde se ubica el centro para efectuar abortos.

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El fallo contra Texas afecta a más de una veintena de estados con leyes similares que se verían obligados a revertir reglamentos impulsados por los republicanos desde 2010, cuando los conservadores se hicieron con varias asambleas legislativas estatales y aprovecharon para imponer su agenda "provida".

Para el gobierno de Obama y las organizaciones de mujeres demandantes, la ley de Texas castigaba a las mujeres más pobres que no pueden pedir días libres en el trabajo ni costearse varios viajes de cientos de kilómetros para pagarse un aborto.

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El debate se centra en una ley de Texas, promulgada en 2013 y que requiere a las clínicas cumplir con requisitos similares a los de un pequeño hospital para seguir abiertas.

El gobierno de Texas defiende que la legislación busca proteger la salud de las mujeres, aunque las organizaciones demandantes, como Whole Woman's Health, sostienen que la ley ha provocado el cierre del 75% de las clínicas del estado, lo que castiga a las mujeres más pobres que no pueden hacer largos viajes para pagarse un aborto.

"El número de abortos ilegales ha crecido en Texas, lo que hace el aborto más peligroso. Esto no es solo opresión de genero, sino también racista y clasista porque las mujeres pobres y de color son las que están sufriendo el impacto de la medida", dijo a Efe Sarah Nesdatt, estudiante de 20 años y nacida en Texas.

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