De soñadores a doctores

A Denisse Rojas la trajeron sus padres a EEUU antes de cumplir un año de vida. Creció en San Francisco como cualquier otro inmigrante. Sin embargo, pronto se dio cuenta que había nerviosismo en su familia cada vez que ocurría un problema de salud. Es que no tenían seguro médico porque eran indocumentados.

“Pensé que tener seguro de salud era un lujo”, dice Rojas, de 25 años, estudiante de medicina en la Escuela Icahn, de Mount Sinai, en Nueva York.

Cuando su madre se enfermó, las cosas se pusieron peor. Incluso cuando la familia intentó pagar de su bolsillo, no tuvieron acceso a partes del tratamiento. Finalmente, los padres de Rojas emigraron a Canadá, donde actualmente tienen cobertura médica.

Rojas asegura que esta experiencia la motivó a estudiar medicina. “Necesitamos médicos y enfermeras que entiendan a nuestras comunidades”, explica. La joven estudió biología en UC Berkeley a pesar que tenía problemas para pagar su carrera.

“Hasta hace poco, los jóvenes indocumentados no podían solicitar becas o préstamos estudiantiles”, dice. Y estudiar medicina o ciencia era más difícil porque pocas escuelas ofrecían ayuda financiera.

Cuando Rojas terminó la universidad, en 2012, ella y otros dos estudiantes decidieron crear un programa para ayudar a los soñadores a tener acceso a escuelas de medicina. Así surgió Pre-Health Dreamers. Se llama “soñadores” (Dreamers) a aquellos inmigrantes indocumentados que llegaron a EEUU siendo niños, y el nombre proviene de la llamada “Acta de los Sueños”, una propuesta de ley que no fue aprobada por el Congreso y que le otorgaría a estos niños la residencia. En 2012, el presidente Barack Obama decidió tomar acción al respecto y por medio de una orden ejecutiva, llamada DACA (Deferred Action for Childhood Arrivals), miles de jóvenes regularizaron, temporalmente, su estatus migratorio.

“La mayoría de nuestros miembros son soñadores”, dice Angela Chen, la nueva directora de PHD. “Tenemos unos 500 miembros y simpatizantes en 30 estados”.

PHD comparte información sobre oportunidades para los interesados en carreras médicas en la universidad, y las oportunidades de ayuda financiera. PHD usa principalmente las redes sociales para contactar a sus miembros.

“Muchos de nuestros miembros han tenido alguna experiencia personal por no tener seguro de salud mientras crecían”, dice Chen. “Posiblemente esto los motivó a estudiar medicina”.

Por su parte, Rojas comenta que estaba tan interesada en estudiar medicina, que si no conseguía apoyo financiero estaba dispuesta a regresarse a México. Pero su esfuerzo y perseverancia triunfaron.

Ella también apoyó la nueva ley de California, SB 1159, presentada por el senador estatal Ricardo Lara (Demócrata, distrito 33), que permitirá a los indocumentados solicitar licencias profesionales —médicos, enfermeras, dentistas, y otros profesionistas necesitan una licencia para ejercer su profesión.

Rojas asegura que esta nueva ley tendrá efectos positivos en la economía y que le permitirá a los inmigrantes con habilidades profesionales mejorar su situación económica.

El 18 de septiembre PHD presentará su nuevo proyecto piloto: HPAP, o Programa Avanzado de Profesiones Médicas (Health Professions Advancement Program), que proporcionará servicios directos, como ayuda financiera, a indocumentados que quieren estudiar medicina y ciencias.

Pre-Health Dreamers

Una red que comparte información obre escuelas, programas y ayuda financiera para indocumentados interesados en estudiar carreras médicas y científicas. www.phdreamers.org.

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