Aquí están los hechos

Aquí están los hechos:

Aún después de la implementación  de la Ley de Salud Asequible (Obamacare), más de un millón de californianos indocumentados carecen de cobertura de salud asequible.

La Ley de Salud Asequible puso cobertura de salud de calidad al alcance de millones de californianos.  Ahora muchos más californianos pueden tener acceso a servicios preventivos de salud como vacunas, chequeos, exámenes rutinarios, y pruebas de detección de enfermedades como el cáncer y la diabetes.

Sin embargo, se estima que entre 2.7 y 3.4 millones de californianos seguirán sin cobertura, incluyendo más de 1.4 millones de californianos indocumentados.  Los individuos sin cobertura generalmente no tienen acceso a servicios preventivos y de rutina que pueden mantenerlos sanos, ni a tratamientos que pueden ayudar a controlar o curar enfermedades (UCLA Center for Health Policy Research, 2014).

La falta de cobertura de salud crea dificultades financieras y riesgos de salud  considerables en las familias de California. 

Los californianos sin cobertura generalmente están a sólo una enfermedad o un accidente de la ruina financiera. Cerca de la mitad de las bancarrotas son causadas por costos médicos

(American Journal of Medicine, 2007). Los individuos sin cobertura son dos veces más propensos a tener problemas para pagar sus cuentas médicas (Kaiser Family Foundation, 2013).

Según un estudio de la Kaiser Family Foundation, cada año un cuarto (25%) de los adultos sin cobertura de salud no reciben la atención que necesitan a causa del alto costo.  Los estudios indican repetidamente que los individuos sin seguro son menos propensos que aquellos con seguro a recibir atención y servicios preventivos para problemas importantes de salud y enfermedades crónicas (American Journal of Public Health, 2009). Como resultado de ello, las personas sin seguro tienen índices de mortalidad significativamente más altos que aquellos que tienen cobertura (Institute of Medicine, 2009).

Ofrecer cobertura de salud a TODOS los californianos puede ahorrar dinero al reducir costos innecesarios en la sala de emergencia.

Es más económico prevenir una enfermedad que tratarla una vez que se agrava.  En el 2010, el costo promedio de una visita a la sala de emergencia fue de $1,349, en comparación a sólo $145 por un chequeo de rutina  (Panel de Encuesta de Gastos Médicos de DHHS, 2012).

Los adultos sin seguro son más propensos a ir a una sala de emergencia que los adultos con cobertura de salud (Center for Disease Control and Prevention, 2012). Las visitas a la sala de emergencia que se podrían evitar constituyen hasta un 56 por ciento de todas las visitas, y el uso excesivo de las salas de emergencia es responsable de malgastos de hasta $38 mil millones en Estados Unidos cada año (New England Healthcare Institute, 2010).

#Health4All

Además de los altos costos de la sala de emergencia, la falta de cobertura de salud le cuesta a la economía de California entre $18.3 y $36.7 mil millones en pérdida de productividad, según información del año 2009 (Center for American Progress, 2009). 

Los californianos indocumentados son parte del motor económico de nuestro estado.

Los californianos indocumentados trabajan duro y hacen contribuciones a  nuestras  comunidades y el estado. Representan el 7 por ciento de la población de California, pero cerca del 9 por ciento de la fuerza laboral.  Los californianos indocumentados son más jóvenes que otros inmigrantes y que la población en general, y su edad promedio es de 31 años –la mejor edad para trabajar (USC Center for the Study of Immigrant Integration, 2013).

Los californianos indocumentados representan un porcentaje significativo de trabajadores en varios sectores económicos importantes. Noventa y ocho por ciento de los hombres inmigrantes indocumentados  de entre 18 y 64 años fueron parte de la fuerza laboral  en el 2008. Representaron 25 por ciento de trabajadores agrícolas, 19 por ciento de trabajadores de mantenimiento, 17 por ciento de trabajadores de la construcción, y 12 por ciento de los trabajadores de servicio y preparación de comidas en EE.UU (Pew Research Center, 2011).

Según un estudio de UCLA (Universidad de California en Los Ángeles), si se sacara del estado a todos los californianos indocumentados, California perdería 3.6 millones de trabajos y su economía se reduciría  por  $302 mil millones.  Simplemente,  el Condado de los Ángeles  perdería $106 mil millones en actividad económica (Center for American Progress, 2011).

Los hogares indocumentados en California contribuyeron $2.7 mil millones en impuestos en el 2010 (Immigration Policy Center, 2011).

Los residentes indocumentados a nivel nacional también pagan cerca de $15 mil millones en Seguro Social cada año, mientras que no reciben casi ningún beneficio de seguro social (New York Times, 2013). 

Los californianos indocumentados son parte del tejido de nuestra comunidad —son nuestros vecinos y colegas. 

Cerca de la mitad de los californianos indocumentados han vivido en el estado por más de 10 años. 

El trece por ciento de los niños del estado tiene por lo menos un padre inmigrante indocumentado (USC Center for the Study of Immigrant Integration, 2013). Cuando los padres no pueden recibir tratamiento médico por su estatus migratorio, sus hijos también sufren.

Hay apoyo firme entre los californianos para extender servicios de salud a los indocumentados.

El setenta y seis por ciento de los californianos –incluyendo mayorías de  distintos partidos—dice que “los inmigrantes ilegales que han vivido y trabajado en Estados Unidos durante por lo menos dos años deben tener la oportunidad de mantener sus trabajos y eventualmente solicitar estatus legal (Public Policy Institute of California, 2013)”.

El cincuenta y ocho por ciento de los residentes de California está a  favor de que el gobierno estatal adopte sus propias leyes  –separadamente del gobierno federal—para responder a las necesidades de los inmigrantes que son indocumentados (Public Policy Institute of California, 2013).  Los californianos han demostrado un fuerte deseo de apoyar a los residentes indocumentados e integrarlos a la sociedad.  En una encuesta en febrero del 2013, nueve de cada diez californianos se manifestó a favor de permitirles a los residentes indocumentados  de buena conducta moral que sigan un proceso para obtener la ciudadanía (La Encuesta de California, 2013).

Una encuesta reciente de la Kaiser Family Foundation indicó que el sesenta y tres por ciento de los votantes nacionalmente está a favor de que los inmigrantes que están en proceso de obtener la ciudadanía bajo la reforma inmigratoria tengan acceso a Medicaid

(Encuesta de Seguimiento de Salud, Kaiser Family Foundation, 2013).

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