Californianos viven de cerca el atentado en España

Una joven del Condado de Orange que estudia en España apenas se había escondido en un restaurante en el histórico distrito de La Rambla, en Barcelona, cuando escuchó sonidos que le dijeron que algo terrible estaba pasando afuera del edificio.

Chystle King relató a MSNBC que vio una gran cantidad de paramédicos y oficiales de la policía en la zona peatonal después del ataque terrorista del jueves, en el que un hombre embistió con una camioneta a una multitud en esa popular zona. King había estado en el restaurante cerca de tres minutos para usar el baño, cuando escuchó esos escalofriantes sonidos.

“Abrí la puerta y había gente gritando y llorando”, dijo King.

Después se enteró que una camioneta tipo van arrolló a decenas de personas, mató al menos a 13 e hirió a cerca de 100 en el paseo peatonal en Barcelona. La policía de España confirmó que fue un ataque terrorista.

King y otras personas permanecieron en el restaurante por al menos tres horas mientras la policía buscaba al atacante en el vecindario. Luego le comunicó a su familia que se encontraba bien.

El ataque dejó a docenas de personas tendidas en el piso en la ciudad al noreste de España, algunos ensangrentados y otros con fracturas. Mientras testigos y rescatistas de emergencia trataban de atender a los heridos, agentes armados realizaban una frenética búsqueda por las calles aledañas.

Un arresto fue reportado en la mañana del jueves, y las autoridades no proporcionaron información inmediata sobre el detenido o sobre quién pudo estar detrás del atentado.

Otra californiana que estaba en Barcelona, Rachel Mersky, diseñadora de productos de Oakland, contó a NBC News que caminaba por el área cuando escuchó gritos.

“De repente todos comenzaron a gritar, a correr y a caerse unos sobre otros, llorando. Obvio que yo también comencé a correr”, dijo.

Jack Davey, un cantante de Los Ángeles, estaba en Barcelona con su hijo de cinco años de edad, sus padres y su hermano Parker Jackson-Cartwright, jugador del equipo de basquetbol Arizona Wildcats, que jugará un partido de exhibición este viernes. Todos estaban en un restaurante cuando vieron a un mar de gente corriendo en su dirección.

“Escuchamos lo que sonó como balazos, y luego vimos a cientos de personas corriendo hacia nosotros”, dijo Davey. “Nos dimos la vuelta y corrimos como unos 200 pies de la Boquería, nos metieron y cerraron la tienda”.

Luego, agregó, mientras esperaban en el restaurante a que se calmaran las cosas, se encontraron con otra familia de Estados Unidos que presenció el atentado.

“Estaban inconsolables”, dijo Davey. “Todos nos abrazamos y rezamos juntos durante un rato”. “Era un caos masivo”.

Eventualmente decidieron correr hacia su auto y volver al hotel del equipo de basquetbol.

“La gente sigue preguntándome, ‘¿estás bien?’. Voy a ser claro. Estamos seguros, pero no estamos bien”, dijo Davey. “No hay manera de superarlo en estos momentos”.

La policía inmediatamente acordonó toda la avenida La Rambla, que es muy popular entre los turistas, y ordenó a las tiendas y las estaciones del metro que cerraran. También se pidió a la gente mantenerse alejada del área para no interrumpir las labores de emergencia, esto mientras un helicóptero sobrevolaba la escena.

La Rambla, una calle plagada de puestos y tiendas que atraviesa el centro de Barcelona, es uno de los destinos más importantes para el turismo. Las personas caminan por un ancho pasillo peatonal por el centro de la calle, pero los autos pueden circular por cualquiera de sus lados.

España ha estado en alerta de seguridad un nivel debajo del máximo punto desde junio de 2015, después de los ataques en varios puntos de Europa y África. Desde entonces la policía española también ha estado involucrada en los arrestos de más de 200 presuntos jihadistas.

Autos, camiones y camionetas han sido el arma preferida en múltiples ataques extremistas en Europa el año pasado.

El más mortífero fue el que realizó el conductor de un tractor-tráiler que embistió a decenas de personas en la ciudad francesa de Niza, durante la celebración del Día de la Bastilla en julio de 2016. Murieron 86 personas en ese atentado.

Y en diciembre de 2016, en Berlín, Alemania, 12 muertos fue el saldo de otro ataque con un camión robado en un mercado navideño.

También en Londres ha habido varios atentados este año. En marzo, un hombre embistió con una camioneta rentada a decenas de peatones en el Westminster Bridge; mató a cuatro, y después se dirigió al Parlamento y acuchilló a muerte a un policía desarmado.

En junio pasado, otros cuatro sujetos usaron un vehículo para atropellar y luego acuchillar a varias personas, dejando a ocho de ellas muertas. Ese mismo mes otro hombre también arrolló a transeúntes que salían de una mezquita.

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