Una astuta perrita que perdió el acceso a una pelota que cayó a una piscina, decidió que recuperaría su juguete sin entrar al agua.
Luego de caminar por el borde de la alberca y analizar la situación, Rosie encontró la solución perfecta.
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Entró a una balsa plástica que se encontraba junto a la piscina, con su peso hizo que el objeto cayera al agua y la transportara hasta la pelota, la recogió con su boca, y de igual modo, regresó al borde y salió sin tener que mojarse.
Ciertamente, los animales nunca dejan de sorprendernos.