En enero pasado, el director de selecciones nacionales de futbol de México, Héctor González Iñárritu, dio a conocer las metas en cada uno de los compromisos del Tri en el 2013.
La clasificación al Mundial de Brasil en el 2014 se planteó como primer objetivo, pero también se convirtió en prioridad ser finalista de Copa Confederaciones de Brasil 2013.
En lo que respecta al Mundial el combinado azteca camina por aguas movedizas con un frágil tercer lugar en la Hexagonal de la Concacaf.
En lo que toca a la Confederaciones, el fracaso ha sido completo y humillante, con dos derrotas ante Italia y Brasil y una salida temprana del torneo.
Ahora el Tri, por honor, se ve obligado a ganarle Japón en el juego del sábado para no terminar con la moral arrastrada y sin un solo punto.
Tras este fracaso, el próximo reto del Tri es defender el título en la Copa Oro este julio en Estados Unidos, donde se verá más presionado a ganar juegos pero sin contar con sus jugadores en las ligas europeas.
El principal objetivo del año será conseguir la clasificación para Brasil 2014, para lo cual requiere mantenerse entre los tres punteros del hexagonal de la Concacaf, donde no le ha ido tan bien.
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En las eliminatorias para el Mundial el Tri ocupa el tercer puesto, después de Estados Unidos y Costa Rica, pero seguido muy de cerca por Panamá y Honduras.
El Tri reanudará la lucha por la clasificación al Mundial en septiembre cuando reciba a Honduras y visite a los estadounidenses, para luego ser anfitrión ante Panamá y terminar como huésped de Costa Rica.
El Tri, también se despide la Copa Confederaciones Brasil 2013 entre acusaciones de varios medios de comunicación local, que aseguran que a varios jugadores y miembros del cuerpo técnico se les vio en el Termas Centaurus, un table dance club de Rio de Janeiro, cuado debieron estar descansando y planificando su estrategia para ganar su próximo encuentro.
